Los Becerra (III)

El tío Rafael Toribio, hermano de los mencionados José Fermín y José Lucio, desempeñó muchos oficios para vivir, entre otros barbero y fotógrafo. No recuerdo a este hermano de mi abuelo porque murió en 1957. Pero alguna historia escuché, especialmente de cuando fue fotógrafo. Según entiendo diseñó y construyó un estudio fotográfico que estaba montado sobre un eje, y por tanto podía girar a la manera de una ruleta. El meollo del asunto es que este estudio tenía una ventana y a medida que avanzaba el día el estudio era movido, rotado, para que la luz iluminase lo mejor posible al cliente.

Este tío dejó 2 hijos a quienes siempre he apreciado mucho, en parte por imitar a mi padre que los quería mucho, además Daniel (uno de ellos) se parecía muchísimo en los rasgos faciales a mi papá y luego me apoyó cuando me tocó vivir solo en Valencia. Otro de estos primos es Luís, quien estudió Ingeniería Eléctrica en Brasil y está residenciado hace muchísimos años en el Estado Bolívar, en Puerto Ordaz (O Ciudad Guayana). Otro de los hijos del tío Rafael, hermano mayor de los anteriores solo por la vía paterna, fue Aristídes, así como se lee, no sé por que siempre se pronunció su nombre acentuando la segunda i. Una vez me acerqué a este anciano delgado, todo hueso y piel, con una prominente nariz delgada y perfilada, que siempre tenía puesto su sombrero y pasaba horas sentado con la mirada perdida en el infinito, y le pregunté si su nombre era A-rís-ti-des, y con la mayor vehemencia que pudo acumular en medio de su gran debilidad física me respondió: -Nooo!, Nooo!, yo me llamo A-ris-tí-des!. Lo conocí ya viejo y supuestamente con tuberculosis, sus movimientos recordaban a los de una pereza, lentísimos, nunca habló de su vida, ni de sus recuerdos, o su gente, pero si hablaba de una especie de teología personal incomprensible. Apareció un buen día de los 70s en la casa de mis tías y se quedó algunos años, después de que se marchó jamás supe de él.